Nuestros pies quizá sean la parte del cuerpo que más trabaja y es menos valorada. Sería difícil encontrar una sola actividad física que no dependa de los pies para obtener fuerza y apoyo; pero a menudo nos olvidamos de ellos y sólo les hacemos caso cuando comienzan a enviarnos señales de dolor. Lo mejor es que un podólogo los trate regularmente y nos aconseje además el tipo de calzado, plantilla o cuidados específicos que necesitan.
Pequeñas molestias como las durezas, callos o uñas encarnadas, pueden hacer que su movilidad se vea gravemente afectada, añadiendo dificultad y un sufrimiento innecesario a una salud ya seguramente deteriorada.
Además los mayores pueden tener otras complicaciones como la diabetes o la artrosis, que hacen imprescindible el tratamiento profesional de sus pies. Ellos agradecerán aliviar de forma cómoda y fácil esas molestias.
Solicita tu podólogo a domicilio para cuidar y eliminar esas molestias de los pies que te pueden hacer la vida imposible: uñas encarnadas, callos, durezas... Sin traslados, sin esperas, en la seguridad del hogar.
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